El libro y el Papa

Magui es una compañera del Hogar y parte del equipo que acompaña a los privados de la libertad. Tuvo la oportunidad de estar junto a Francisco y dejarle junto a la versión final del libro una carta que les ofrecemos a continuación. Más abajo tienen una nota sobre el libro publicada en “La Stampa”…

“Querido padre Bergoglio,

 Así nos permitimos llamarlo porque hemos vivido  su guía y protección desde que inauguró nuestro hogar de Cristo en la Pascua del 2008 hasta ahora.

Tratamos de seguir con “el cuerpo a cuerpo” que usted nos sugirió para el trabajo con nuestros hermanos más excluidos. Este pequeño equipo se encarga de los más pobres entre ellos: los privados de libertad en la cárcel de Devoto. El padre Tello nos contó  que usted frecuentaba el penal y estaba siempre al tanto de lo que sucedía en él. Tratamos de imaginar cómo era en esa época. Tal vez como antes, hoy es un lugar inhumano, escuela sórdida de violencia y consumo en la que nuestros chicos, nuestros hombres van perdiendo día a día sus rasgos de humanidad. Salimos muchas veces desconsoladas y con gran angustia ante la impotencia de no verlos de pié viviendo con dignidad. Pero el Jesús preso de la historia y de nuestras vidas nos alienta a seguir con alegría renovada esta tarea. Las palabras suyas, sus exhortaciones de ayer y las de hoy en su catequesis diaria nos sirven para trabajar más, quererlos más y responder con convicción que nosotros somos “los guardianes” de estos hermanos.

 Pensamos largamente estas palabras que le enviamos, desde el desaliento y el fracaso,  desde el dolor y la tristeza. Pero finalmente nos dimos cuenta que la mirada más ubicada es la que podemos tener desde el agradecimiento y la alegría. A Dios por darnos esta oportunidad de aprender a amar lo menos amable del mundo; por enseñarnos a través de ellos la enorme capacidad de amor y desamor que tiene el ser humano y por hacernos conocer más a nosotros mismos y nuestros límites.  Y también a usted, padre, porque sin saberlo o sabiéndolo, nos metió en este lío descomunal que nos hace crecer como personas aunque poco logremos como acompañantes.

Les pedimos  a los chicos que le contaran si esta experiencia del Hogar de Cristo les parecía valiosa y necesaria en otras partes del mundo. Más allá de lo significativo que pueda ser para ellos nuestro acompañamiento ya que algunos están completamente solos, expresaron sentimientos de gratitud y seguridad hacia esta tarea y las personas concretas que la realizan. Dicen sentirse ayudados y fortalecidos en la búsqueda de un sentido de la vida. Creen que es importante saber que alguien los quiere y que Dios se interesa por ellos. En los encuentros semanales conocen otra mirada sobre la vida que los hace más persona, y sienten al Hogar como su familia ya que la propia los  ignora o rechaza. Creemos que hay mucho más que se puede hacer. Hay que seguir aprendiendo, arriesgando y como usted nos insiste: amando. Por eso nos atrevemos a pedirle por favor que rece primero por nuestros internos y luego por toda esta gran familia del Hogar de Cristo. Que sean numerosos los que quieran meterse en esos “contenedores existenciales” que usted muy bien describió en la Pascua de hace 6 años. Nosotros REZAMOS POR USTED. Ya somos muchos en el mundo que lo hacemos respondiendo a su célebre pedido y porque sabemos que el Espíritu se hace ver, se manifiesta más claramente. Y como acostumbramos a despedirnos entre nosotros, con cuatro palabras de un hermano muy querido del Hogar Hurtado: “que DIOS lo cuide” querido Papa Francisco.

                                            Equipo de acompañamiento espiritual del Hogar de Cristo en  la cárcel de Devoto.”

 

 

 

Argentina, cuerpo a cuerpo contra la droga

Aquí está el “manual” de los curas de las villas miseria de Buenos Aires con prólogo del papa Francesco. Habla Víctor Primc, uno de los autores…

ALVER METALLI
BUENOS AIRES

para Vatican Insider, La Stampa.

 

Había también una copia del libro, que saldrá próximamente, en la famosa maleta con la que el cura villero, José di Paola, se presentó a las puertas de la Casa de Santa Marta en Roma el pasado mes de agosto.

 

Una foto lo retrata en las manos del papa Francisco, que con el libro y su contenido ha tenido mucho que ver. Hasta con el título. “Ha sido el cardenal Bergoglio el primero en usar esta expresión”, explica el argentino Víctor Primc, curador de “Cuerpo a cuerpo”.

 

Entonces nos recomendó dos principios en los que debía inspirarse: acoger la vida de las personas así como llega hasta a nosotros, y elaborar la respuesta teniendo en cuenta la individualidad de cada uno, que no es nunca igual una a otra, por eso “cuerpo a cuerpo” con ella.

 

Han pasado cuatro meses desde que una copia de “Cuerpo a cuerpo” llegó al Vaticano.

Y la situación del narcotráfico en Argentina no ha hecho más que empeorar. Hasta el punto que toda la Iglesia se ha mobilizado para evitar la “mexicanización” del país. Con las armas de la denuncia –“El país se está transformado en un campo de batalla entre narcos y esto es algo inaceptable”—y las de la construcción. El Hogar de Cristo de la villa 21 –es de lo que habla el libro– pertenece a esta segunda dimensión.

 

“Se compone de dos partes”, afirma Primc, un ingeniero biomédico de Tucumán que colabora con la obra. “En la primera se habla del Hogar, que inicia con el padre Pepe de Paola, y se describe como está articulado; en la segunda parte se explican los hechos más significativos, se habla de las personas que han ido al Hogar, de como han sido ayudadas y que ha sido de ellas. Al final de cada “caso” se pone en evidencia los aspectos metodológicos, que pueden ser también “adoptados” por otros en otras situaciones.
Cuál es un poco el objetivo del libro…

La idea original era la de tener un documento de trabajo, un texto que pudiese ser de ayuda también para otros que se encuentran con la problemática de la recuperación de toxicodependientes. En este sentido explica como se pueden acompañar a personas que viven en situaicones de marginalidad durante el recorrido que les lleva fuera del túnel de la droga. Y muestra la visión que han madurado sobre el campo los sacerdotes de las villas de Buenos Aires y quien colabora con ellos en un “cuerpo a cuerpo” diario con personas que consumen el paco…

 

¿Pero se puede “exportar” una experiencia como la del Hogar de Cristo?

Los sacerdotes de la villa insisten siempre que ellos responden, en el modo en el que lo hacen, a situaciones de consumo de paco en las villas de Buenos Aires. Por lo tanto quien desee replicar la experiencia debe basarse en este principio, que se puede traducir en una valorización concreta de las situaciones que se tienen delante. Es verdad que en Argentina son muchas las personas que se han acercado al Hogar para pedir ayuda porque no sabían cómo hacer, y viendo como han salido los sacerdotes de las villas, buscan a su vez “replicar el modelo”. Con el tiempo se entenderán mejor los frutos.
Las insituciones públicas…. ¿también ellos pueden beneficiarse de la experiencia del Hogar?

Desde mi punto de vista deberían tomar nota de lo que está ocurriendo y moverse en esta dirección. Uno de los “dispositivos” creados en el Hogar es el llamado “Centro Barrial”. Son puertas de entrada próximas a las personas que proporcionan orientamiento a quien se encuentra en una situación de sufrimiento social por el consumo de drogas. Estos espacios apoyan las personas de barrio a quienes resultaría difícil, si no imposible, acceder a insituciones del Estado, debido también a la pobreza extrema en la que viven. Las insitituciones públicas deberían tener en cuenta esta modalidad y apoyarla.

 

Volvamos al Papa. ¿Qué tiene que ver con el libro, más allá del título?

Bergoglio ha apoyado desde siempre los sacerdotes y su trabajo en las villas miseria. No sólo la creación del Hogar y su inauguración, a la que él mismo asistió el Jueves Santo del 20 de marzo de 2008 en la parroquia Vírgen de Luján; allí ha lavado los pies a seis chicos que se drogaban mostrando de este modo que la Iglesia está dispuesta a servir a las víctimas de este flagelo. Después ha bendecido las instalaciones del Hogar, las del centro del barrio de San Alberto Hurtado en la villa 21; a partir de este momento ha vuelto innumerables veces reuniéndose con quien trabajaba, celebrando los sacramentos, inaugurando nuevas sedes o simplemente estando con los chicos. El libro se abre con una carta que mandó Francisco una semana después de ser elegido Papa para celebrar el quinto aniversario del Hogar.

 

¿El libro puede ser considerado una respuesta de la Iglesia al drama del narcotráfico?

“Una”, seguramente; porque después la Iglesia actúa en otros muchos terrenos. El narcotráfico busca zonas de sombra donde ocultarse y la histórica ausencia del Estado en las villas le ha dado el modo de hacerlo. La droga, que antes estaba concentrada en las pandillas, en las bandas juveniles, se ha expandido por todo el territorio con el paco, una sustancia económica y con un alto poder destructivo. El Hogar de Cristo responde a esta situación. Quien encuentra el Hogar de Cristo sabe que ha descubierto un lugar que no le abandonará, pase lo que pase; ésta es su eficacia.

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